El
peso de los pensamientos en las consecuencias sobre nuestro cuerpo, nuestras
decisiones y nuestros sentimientos, parece adquirir cada vez más valor. ¿Y si
cambiamos el chip para sonreír más?
Aunque
la Programación Neuro Lingüística ha sido tendencia en los últimos años, es un
área con muchos años de historia y de estudio. Los pensamientos
negativos son inevitables, pero no la manera como los gestionamos. El
miedo, la derrota, el dolor pueden ser sentimientos que nos permitan renacer o
ser eternamente víctimas.
Según
Preston Ni, profesor y entrenador de comunicación interpersonal efectiva, "múltiples
estudios han revelado cómo actitudes negativas crónicas pueden afectar la
salud, la felicidad y el bienestar". Ni presentó su libro "How
to Let Go of Negative Thoughts and Emotions", donde había un listado
de pensamientos negativos comunes que hacen a la gente infeliz y que publicó en
la revista Psychology Today.
1. Lenguaje autodestructivo:
El
lenguaje autodestructivo son mensajes que nos enviamos a nosotros mismos y que
reducen nuestra confianza, disminuyen nuestro rendimiento y nuestro potencial, y en última instancia sabotean nuestro éxito. Este
tipo de mensajes contraproducente incluyen frases como:
- "No puedo ..."
- "No puedo ..."
-
"No soy lo suficientemente bueno…"
-
"Yo no estoy seguro ..."
-
"Yo no tengo lo que se necesita ..."
-
"Voy a dejar ..."
Para
Ni la cuestión es obvia. Si nadie quisiera que otra persona le dijera que es
malo o que no alcanzará el éxito en alguna cosa que emprende, ¿por qué
deberíamos decírnoslos a nosotros mismos? Eso solo lleva a
"convertirnos en nuestro principal detractor y enemigo". Una cosa
es ser autocrítico y otra desalentarse antes de que todo empiece.
2. Piensa mal, ¿y acertarás?:
Una
forma predominante de pensamiento negativo es hacer un balance de una situación
o una interacción, y presumir siempre el lado negativo. "Mirar el
vaso medio vacío", como se dice popularmente, es algo lamentablemente
habitual y automático.
Un
trancón, ir al banco, una tarde de lluvia o una pelea con el jefe, por supuesto
no tiene nada de positivo. Pero lo que dice Ni va más allá de ver el
hecho, más bien apunta a la capacidad de relacionarse y de enfrentar
esas circunstancias. "Esa elección puede hacerte más fuerte o más débil,
más feliz o más sombrío, con poder o como víctima", dice Ni.
Si está en un trancón, pruebe escuchando música relajante, ir al banco en la posibilidad de caminar un rato y alejarse del trabajo, etc. "Todo está en la forma que elija para relacionarse con el momento", dice Ni.
Si está en un trancón, pruebe escuchando música relajante, ir al banco en la posibilidad de caminar un rato y alejarse del trabajo, etc. "Todo está en la forma que elija para relacionarse con el momento", dice Ni.
3. La comparación con los otros:
Las
comparaciones son odiosas, y más si lo que hacemos es confrontarnos negativamente
frente a las características de otros. La vida entera podrías pasar
diciendo que otras personas son más atractivos, ganan más dinero o tienen más
amigos que tú.
Querer
más de lo que se tiene es una característica común de los seres humanos. Pero
la "anormalidad" es que eso se convierte en celos, sentido de
inferioridad o una inadecuada interpretación de tus logros.
"Las
investigaciones indican que las comparaciones sociales negativas habituales
pueden hacer que una persona experimente un mayor estrés, ansiedad,
depresión, y toma de decisiones contraproducentes", dice Ni.
4.
Volver al pasado:
Aprender
del pasado, pero no estar atrapado en él. Esa es la consigna de Ni. Los reveses
personales pueden perseguirnos e impedirnos ver nuestro verdadero
potencial.
Puede
ser que no tengamos influencia del pasado, pero sí del futuro. Hay que proyectarse con positivismo. Goethe nos
recuerda: "Nada vale más que el día de hoy. No insistiré en el
pasado. Tomaré mejores decisiones hoy y seguir adelante.
5. El poder que le damos a las personas:
El
poder sobre nuestro trabajo, sobre nuestros sentimientos, sobre cómo nos
comportamos. Las personas que pasan por nuestras vidas pueden marcar parte de
ellas, pero no pueden determinar toda nuestra historia. Creer en el
poder de alguien es convertirnos inmediatamente en víctimas.
Una persona tendrá el poder que tú le des. Los círculos viciosos se rompen cuando se deja de lado el sentimiento negativo que una persona ejerce sobre ti.
6.
El deseo de culparse:
"Algunas
personas culpan a sus familia disfuncional, sus relaciones negativas, sus
desventajas socioeconómicas, sus problemas
de salud, u otras dificultades de la vida como la razón de su infelicidad y
falta de éxito", dice Ni.
Es
obvio que las dificultades pueden intervenir en nuestra búsqueda de felicidad,
pero jamás la determinan. Ni insiste en que es la manera cómo se
abordan estos problemas las que hacen que seas infeliz o no.
Culpar
a otros perpetúa el resentimiento y la amargura, nos quita el trabajo de cambia
y deja nuestra felicidad a merced de otros. La transformación siempre vendrá
desde adentro.
7. Perdonarse a sí mismo:
Todos
nosotros cometemos errores en la vida. Cuando miras tus actos pasados, tal vez
hubo decisiones y acciones de las que te arrepientes. Puede que haya
habido errores desafortunados Pero lo más importante es ser compasivo contigo
mismo, sabiendo que ahora que eres más consciente, y que tienes la
oportunidad de no repetir los errores del pasado.
La diferencia en nuestra historia se hace cuando somos capaces de transformar nuestro futuro con base en lo que hemos vivido.
La diferencia en nuestra historia se hace cuando somos capaces de transformar nuestro futuro con base en lo que hemos vivido.
8. El miedo al fracaso:
El
peso del éxito es una de las mayores cargas que tenemos como seres
humanos. Está bien tener herramientas para alcanzar metas, pero muchas
veces los objetivos no se realizan por circunstancias que no podemos
manejar.
Se debe tener una herramienta de motivación efectiva. "Caer y volver a levantarse es un refrán pertinente siempre", dice Ni. ¿Por qué dejarlo de intentar?
Se debe tener una herramienta de motivación efectiva. "Caer y volver a levantarse es un refrán pertinente siempre", dice Ni. ¿Por qué dejarlo de intentar?