El
aprendizaje basado en la resolución de problemas o Problem Based Learning (PBL)
es una metodología que sitúa al alumno en el centro del aprendizaje para que
sea capaz de resolver de forma autónoma ciertos retos o problemas. Esto le
permitirá desarrollar las destrezas, habilidades y actitudes necesarias para
afrontar situaciones de la vida real, y a construir y aplicar de forma eficaz
el conocimiento, dotándole de significatividad. El portal aulaplaneta.com nos
regala algunas ventajas que tiene esta
modalidad de aprendizaje para que te animes a ponerla en práctica en el aula.
1. Permite un aprendizaje significativo. Esta metodología fomenta que el estudiante relacione la
información nueva con la que ya posee, ya que para resolver el problema debe
incorporar nuevos conocimientos y experiencias a los que ya había asimilado
anteriormente, modificar y reconstruir ambos de forma interrelacionada. Esto
implica, además, que los alumnos deben ser capaces de juzgar y decidir la
pertinencia de los conocimientos, detectar matices y diferencias, reformular o
ampliar sus certezas.
2.
Es muy versátil. Como
docente, el aprendizaje basado en la resolución de problemas te permite
estructurar actividades abiertas sobre cualquier tema, desde diversos enfoques
multidisciplinares y en distintos contextos. También puedes ajustar su
complejidad y la longitud del proyecto, para que se adapte a tus necesidades y
a las de tus alumnos.
3.
Fomenta la autonomía. Esta
metodología se asienta sobre la importancia del aprendizaje activo y de
aprender a aprender, es decir, de dar al alumno libertad y dotarle de las
herramientas y las estrategias necesarias para que organice y construya su
proceso de aprendizaje. El aprendizaje basado en problemas mejora la toma de
decisiones, la capacidad de análisis, la detección de necesidades y objetivos
y, por lo tanto, potencia la autonomía, la responsabilidad y la independencia
del estudiante.
4.
Resulta motivador y ameno.
Enfoca el conocimiento desde un punto de vista práctico y a través de un reto,
lo que apela a la curiosidad, establece metas y crea expectativas. Este proceso
motiva a los alumnos y les anima a aprender con una finalidad específica:
solucionar el problema.
5.
Prepara para el futuro.
Esta metodología potencia la habilidad para identificar, analizar y resolver
problemas y puede utilizarse para simular situaciones y retos reales. Ayuda al
alumno a desarrollar destrezas de todo tipo que le ayudarán no solo en sus
estudios y en el centro escolar, sino también en su día a día y en su vida como
adulto. Entre otras habilidades, trabajan la creatividad, la adaptación a los
cambios, el razonamiento y la lógica o el pensamiento crítico. Además, si se
combina el PBL con el trabajo cooperativo se potencian también otras
capacidades como la colaboración por un objetivo común, la comunicación o el
respeto a los demás.
6.
Ejercita la competencia digital. Si integras las nuevas tecnologías en el aprendizaje basado
en problemas ofrecerás al alumno la posibilidad de utilizar y dominar las
nuevas herramientas de la información y la comunicación como instrumentos para
construir su aprendizaje, y le darás acceso a contenidos en diversos lenguajes
y formatos. Al utilizar las TIC para resolver problemas, los estudiantes
ejercitarán el manejo del ordenador o la tableta, aprenderán a utilizar
programas o aplicaciones, desarrollarán técnicas de búsqueda, selección,
análisis y gestión de la información que se encuentra en Internet y
comprenderán los usos de la tecnología para expresarse y comunicarse.
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