La aplicación de
la teoría de las inteligencias múltiples en el ámbito escolar se basa en que,
al existir diversas inteligencias, deben utilizarse también estrategias educativas diferentes y
personalizadas para enseñar, según el tipo de inteligencia que
predomine en el alumno o atendiendo a cuál se quiera trabajar: verbal, visual-espacial,
cinética-corporal, lógico-matemática, musical, intrapersonal, interpersonal y
naturalista. Si estás pensando en poner en práctica esta conocida teoría
de Howard Gardner con tus alumnos el próximo curso, te damos algunos consejos, ejemplos y recursos que he tomado del portal aulaplaneta.com, para que
sepas cómo trabajar las inteligencias múltiples en el aula y te animes a dar
los primeros pasos.
1.
Valora las inteligencias de tus alumnos. Es importante que
conozcas qué inteligencias predominan en tus alumnos, cuáles trabajan
habitualmente y cuáles tienen menos activas. Es una información que debes saber
previamente para actuar al respecto en dos direcciones: llegar mejor a ellos incidiendo en la
inteligencia que tienen más desarrollada y trabajar específicamente el resto
para que también las desarrollen. La observación en el aula puede
ayudarte a detectar y valorar las inteligencias predominantes en tus alumnos
2.
Diversifica los contenidos y las
estrategias didácticas. Tradicionalmente, en las aulas los contenidos y estrategias se
centran en la inteligencia verbal y la visual-espacial, porque se transmiten
los conocimientos a través de la palabra y la vista. Sin embargo, es importante
que prepares la clase, establezcas tus estrategias de enseñanza y diseñes los
materiales o las actividades de modo que se trabajen todas las inteligencias.
Para ello, opta por un tratamiento transversal de
los contenidos, enfócalos desde diversos ángulos y transmite estos puntos de
vista a tus alumnos para que desarrollen
3.
Innova en las metodologías. Las nuevas metodologías son un instrumento muy interesante para
trabajar las inteligencias múltiples de forma más completa y eficaz. El aprendizaje colaborativo, el trabajo
por proyectos, la gamificación o la flipped classroom permiten
desarrollar las inteligencias de forma integral. Por ejemplo, al
trabajar de forma colaborativa desarrollarán la inteligencia
interpersonal e intrapersonal y cada alumno aportará sus fortalezas y aprenderá
de las del resto; con la gamificación podrán desarrollar destrezas a través de
propuestas lúdicas muy variadas que pueden incluir contenidos y estrategias
transversales; y la flipped classroom te permite ofrecer a cada
estudiante una atención personalizada y desarrollar las inteligencias que más
te interesen. En cuanto al trabajo de proyectos, resulta perfecto para trabajar varias
inteligencias múltiples porque da a los alumnos autonomía para aprovechar sus
motivaciones e intereses y construir su propio aprendizaje.
4.
Apuesta por el aprendizaje activo y
real. La mejor forma de ejercitar las inteligencias
múltiples es hacerlo de forma práctica, es decir, aprender haciendo. Para ello, es recomendable
que diseñes o busques actividades que trabajen todas las inteligencias y,
además, lo ideal es que el
aprendizaje esté asociado a situaciones y problemas reales, para que el
trabajo de los alumnos sea realmente significativo. Lo que aprendan los
estudiantes debe surgir y situarse en un contexto real, para que después puedan
aplicarlo a los problemas, situaciones y circunstancias futuras que les surjan
en su vida diaria. La caja de herramientas de David Lazear, experto en inteligencias múltiples, es un
instrumento muy útil.
5.
Utiliza las TIC. Las tecnologías de la
información y la comunicación ofrecen la posibilidad
de utilizar múltiples lenguajes, herramientas y soportes para la
exposición de contenidos y preparación de las clases, como docente, y también
para la adquisición de conocimientos por parte de los alumnos. Además, las TIC permiten
combinar las formas tradicionales con las nuevas formas de expresarse,
comunicarse y relacionarse con el mundo y las personas que nos rodean. Todo
ello facilita la aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples en el
aula y, al mismo tiempo, permite ejercitar
otras destrezas relacionadas con la competencia digital y el uso de
los nuevos dispositivos y herramientas de comunicación.
6.
Evalúa desde las inteligencias
múltiples. Cuando compruebes el grado de adquisición de
los conocimientos por parte de los alumnos también es importante que lo hagas
desde las inteligencias múltiples. En ocasiones el fracaso escolar está muy
relacionado con la forma de enseñar y la forma de evaluar, que no siempre se
adecuan a las necesidades de cada niño, y aplicando la teoría de las
inteligencias múltiples puedes solventar este problema de enfoque. Para ello,
tanto en el proceso de aprendizaje como en la evaluación debes proponer diversos tipos de actividades,
ejercicios, pruebas, intercambios de opiniones y evaluaciones para que los
alumnos dispongan de múltiples oportunidades y enfoques para aprender y para
demostrar lo aprendido. La evaluación debe ser diaria y continua, incluir la interacción y el feedback del alumno dentro y
fuera del aula siempre que sea posible y combinar esta información del propio
alumno (por ejemplo, con la autoevaluación) con los datos recogidos por el
docente. Las rubricas, por ejemplo, pueden ser un buen instrumento para
ello. Atendiendo a los resultados obtenidos puedes detectar posibles problemas
y, si es necesario, modificar las estrategias utilizadas.
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