El sufrimiento, puede ser
algo que nos persigue, cuando así lo queremos ver desde nuestras emociones y
pensamientos, y si no logramos cambiar de actitud por una positiva que convierta
el sufrimiento en formador de carácter y crecimiento personal, siempre
estaremos siendo seguidos por él, porque no es algo que esté fuera de nosotros,
sino al interior nuestro.
La terapeuta, Annyull
Maestre, al respecto nos dice que de ello, podemos aprender que nuestra
conciencia tiene un gran poder sobre nosotros, ya que nos hace crear mundos
diferentes al verdadero. Ponemos nuestra experiencia como fundamento para ver
las cosas como nosotros deseamos que sean como nosotros somos.
Pero toda esa realidad
depende mucho de nuestra interpretación y de cómo nuestras sensaciones nos
transmiten el mundo imaginario de nuestra conciencia, porque no es más que eso,
una imaginación, una idealización de las cosas que observamos a las que cada
persona le puede dar una mirada diferente de acuerdo a su propia realidad.
Es por eso que podemos decir que es nuestra mente el mayor obstáculo para experimentar la
verdadera realidad. Porque de allí suponemos la realidad en la que estamos, y
pasaremos de ella, cuando aprendamos a controlar nuestra mente a observar cada
paso que damos, cada pensamiento que nos llega, cada emoción y cada acto que
realizamos.
Sin embargo la mente es un
instrumento soberbio, y muchas veces terco y obstinado a lo que ya tenemos como
experiencia, y solo eso nos deja ver y en muchas ocasiones cuando queremos dar
otra interpretación a lo que nos sucede, ella trata de hacernos ver que las
cosas son de la manera como las hemos creído y que no hay otra, es ahí donde
inicia nuestra lucha con nosotros mismo, para crecer, para no dejarnos llevar
por ideas pasadas que nos hacen daño y las cuales simplemente hemos adquirido
en el mundo que nos rodea, pero no siempre tienen que ser así.
Si usas la mente de forma
correcta podemos traer a nuestras vidas más prosperidad y abundancia, pero ojo,
no es esa prosperidad y abundancia de tener mucho dinero, sino de poder
mantener un equilibrio original en tu vida, evitando las perturbaciones
externas que son las que más te hacen daño, cuando aprendemos a formar nuestra
mente desde lo que somos como seres vivientes, empezamos a entender lo que nos
han dicho, que busquemos primero el Reino interior y lo demás vendrá por
añadidura.
Te has preguntado si lo que
vives está realmente afianzado en tus convicciones, en tus ideales, en tus
creencias, o simplemente son impuestas por otros.
Has visto como la sociedad
nos ha llenado de tabúes, de premisas, de acciones, reglas, mandatos y leyes
que cumplir y es poco lo te dejan vivir a tu libertad o libre albedrío de
acuerdo con lo que tú piensas que haces por ti mismo.
Esta sociedad nos ha implantado
casi todo lo que hacemos, nuestra forma de pensar, actuar y hasta de sentir,
pero muchas veces no nos damos cuenta de eso, porque estamos demasiado sumidos
en lo que nos muestra lo que nos rodea, la televisión, la política, la moda y
en general toda la publicidad que no envían a diario.
Así las cosas es poco lo que
queda de nosotros mismos, como actores principales de nuestra propia vida,
porque la mayoría está impuesto por los demás.
Nos dicen cómo y qué comer,
vestir, como caminar, como hablar que debemos utilizar y es tanta a la apuesta
que hacemos a eso que dejamos de ser nosotros mismos.
Nuestra propia esencia está
consumida por la esencia social del capitalismo, el hedonismo y el consumismo,
que nos invitan a realizar acciones para que otros nos miren y nos acepten,
porque en una sociedad como la nuestra se acepta y se sigue, al que tiene
poder, dinero, que es manifestado con
cosas externas, no internas.
Que carro tiene, que esposa
tiene, es bonita o bonito, si es así eres admirado y entras en una competencia
que otros te imponen, sin importar si la belleza viene acompañada de lealtad,
de fidelidad, de compañía, solo pretende algo externo y muchas veces ni con eso
nos conformamos, sino que desbordamos más allá en la competencia.
Cuánto dinero nos gastamos
por vernos mejores para los demás pero poco invertimos en ser mejores en
nuestra esencia. Ya ni vives para ti, solo vivimos para los demás y que falla
en la estamos, porque eso en vez de hacernos mejores como pensamos, nos está
acarreando un peso más para nuestra existencia.
No es fácil ir dejando atrás
todas esa ideas que nos han plasmado de competencia, de ser mejores, en cuanto
a títulos académicos, en cuanto a casas lujosas, a carros lujosos, a ropa cara
(no fina), para adentrarnos a formar nuestra propia vida, con tranquilidad
interior, donde la importancia de lo que tienes y dicen los demás frente a lo
que tienes pasa a un segundo plano, y te preocupas menos, brindas más amor, nos
volvemos más solidarios y nos despojamos de lo material que es efímero, (porque
no todo lo material es malo) y pasamos a la esencia de nuestra vida y lo que
nos rodea, sin hacernos daño a nosotros mismos ni a los demás.
Quien es auténtico, asume la
responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es.
Acaso porque crees que
compites tanto, por ser mejor, para quien, que estas ganando, mucho dinero,
mucho poder, y eso a que te llevas, más estrés, mas intriga, mas persecución, y
tú qué, que ganas para ti, con todo lo que consigues, y te vas desgastando y
desgastando y al final vas a morir y todo eso que. Considerarás que viviste bien
por todo eso que conseguiste, tal vez, pero no fuiste muy feliz. Te pasarás
toda la vida, tratando de encontrar cosas que otros te han dicho que serán
buenas, porque así serás aceptado y serás apreciado en sociedad, pero te vas
dando cuenta que siempre tienes gente que te quiere y otras que no, hagas lo
que hagas, y entonces dime, para qué toda esa angustia, tratando de conseguir y
conseguir cosas materiales que hasta dañas tu cuerpo y otras personas por conseguirlas,
pero que muchas veces no te dan mayor felicidad.
Lo importante no es lo que
han hecho de nosotros, sino lo que nosotros hacemos con lo que han hecho de
nosotros. Porque habremos de ser lo que hagamos con aquello que hicieron de
nosotros (Sartre). El mismo autor nos dice, que una batalla se pierde cuando uno
cree que la ha perdido.
Así como hay leyes para
mantener el equilibrio social, tú debes tener tus propias leyes para mantener
el equilibrio emocional. ¿Qué estás haciendo para ello?