El país está polarizado, con
el tema de los acuerdos de paz, y lo que creíamos que iba a ser una oportunidad
para todos los colombianos, de izar de manera unánime las banderas de la paz, y
la terminación de un conflicto armado, se terminó convirtiendo en una situación
de división a la sociedad colombiana.
Desde la convocatoria a un
plebiscito y la implementación de los acuerdos a la fuerza, después que el
pueblo colombiano dijo que no a estos tal como se estaban firmando; se dio
inicio a una pelea cruenta entre parte del pueblo colombiano contra los
guerrilleros de las FARC y el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos; tanto
así, que su popularidad y aceptación, cada vez más va en picada y los
candidatos que apoyan el acuerdo con las FARC, están siendo rechazados.
Parece ser que el pueblo
colombiano, entendió que la firma del acuerdo con las FARC, los hicieron en su
contra y más que atraer la paz para los colombianos, parece haber iniciado una
guerra que ha polarizado más al país, no solo con las FARC, sino con todo aquel
que los apoye.
Ahora las FARC, que
pretenden dejar las armas y vincularse a la vida civil, han visto como mucha
parte del pueblo colombiano, los rechaza, y no olvida, la toma a los pueblos, a
la sociedad civil, la violación a los Derechos humanos, el secuestro y
asesinato de personas inocentes y otros delitos.
Tienen que entender, que no
es fácil que el pueblo se olvide de todas sus atrocidades y verlos ahora tan
campantes exigiendo que les cumplan y que les entreguen más de lo que se
merecen como premio por haber dejado de hacer daño. Y eso es lo que el pueblo
ha entendido: Que a las FARC, se les está premiando y entregando lo que piden
solo para que dejen de hacernos daño. A simple vista se ve como una injusticia.
Ahora les toca aceptar y
defenderse con la palabra, con argumentos y no con amenazas. Entraron a un
terreno que al igual que la guerra es muy movedizo y que van a encontrar mucha
gente que no los respalda. El terreno político, es el que ahora los castiga y
les pone a la sociedad en su contra y quieran o no, así se hace la política en
Colombia y en el mundo. Se hace ver las debilidades y los errores del otro, se
le ataca, se le acusa y no por su presente o su futuro, sino por su pasado. Así
que señores de las FARC, si quieren iniciar a la vida política de Colombia,
dejen del todo las armas y preparen sus argumentos, porque la sociedad
colombiana jamás va a olvidar quienes fueron, y más porque siempre habrá mucho político recordándolo.
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