Aquí tengo que empezar con
otra frase muy conocida por todos, “las apariencias engañan”. Eso puede resumir
lo que quiero decirles frente a lo que vivimos, por fuera, a lo que mostramos,
o a lo que queremos que los demás vean de nosotros cuando lo hacemos de manera
consiente aunque muchas veces, las apariencias nuestras se van dando ya de
manera inconsciente por la forma como hemos adquirido unos hábitos o vicios,
que a veces no sabemos que los tenemos.
Pero aquí tenemos que
detenernos, frente a lo que los demás piensan de nosotros, que en la mayoría de
las veces, nos juzgan por lo que mostramos, por lo que aparentamos, y es por
eso que nos mostramos de una manera diferente a la que realmente somos y en las
circunstancias que determinan nuestro tipo de comportamiento.
Frente a esto, muchos
vivimos con una apariencia consiente frente a los demás, en nuestro trabajo, en
nuestro estudio, en nuestra familia, porque necesitamos mostrar algo que no
somos para poder ser aceptados, pero te has puesto a pensar que tan bien estás
viviendo, que tan autentico era, que tan fidedigno eres a ti mismo, y si eso
que haces te está haciendo realmente feliz.
Es por eso que fingimos,
porque necesitamos ser aceptados en una sociedad, en la que abundan las
apariencias frente a la realidad y es por eso que somos tan fácilmente
engañados por otros y por nosotros mismos.
Ahora bien, esa apariencia,
se hace tan normal en nuestra vida, que nos acostumbramos a ella, y la hacemos
propia de manera inconsciente, porque no queremos que nos vean como somos.
Pero como pocos ven lo que
somos, hacemos la o posible para mostrarnos como ellos quieren que seamos, y
hay personas que se vuelven expertos en el engaño y cambian de actitud o de
personalidad, dependiendo de las circunstancias a las que se enfrenten, sé que
ya deben estar pensando en un amigo, en un vecino o en un político conocido por
ustedes que se porta así.
Que eso sea bueno o malo, no
lo sabemos, recuerda lo que te había dicho antes, la bondad o la maldad está en
la sociedad que te dice que es lo uno o lo otro, pero que también tiene una
doble moral, donde lo bueno o lo malo depende de quien lo diga, de donde se
viva y de tu propia mirada.
Así que si lo que muestras
al mundo es distinto de lo que eres, pero lo haces de manera consiente porque
te conoces a ti mismo, y sabes por qué lo haces, y lo que haces está bien y te
ayuda a tu crecimiento personal y a tu felicidad, la calificación de bondad la
estás dando tú mismo, pero si es lo contrario, es momento de cambiar.
Me imagino que al igual que
yo, también se te viene a la cabeza aquella escena de Batman Inicia, donde
Rachel se encuentra con Bruce, y lo saluda después de verlo salir mojado con
dos mujeres al lado y Bruce le dice que lo que ve en él en ese momento no es lo
verdadero de él, que en el interior es otra persona, alguien diferente a lo que
ve, pero Rachel le dice, “Bruce, todavía debe estar dentro de ti ese niño
encantador, pero no es quien seas en el interior, son tus actos los que te
definen”
Si, en realidad, tus actos
definen tu exterior, lo que los otros ven y con lo que los otros te juzgan, así
que cuando consideras que eres bueno en tu interior, pero haces actos malos en
tu exterior, hay algo que no encaja en ti, pero también te digo, que en muchos
casos, si eres una persona, que no cuentas con buenos valores, pero empiezas a
mostrarlos en el exterior, porque así quieres ser, eso se convertirá en tu
propio yo, porque se crearán como hábitos, los cuales debes hacer consiente en
ti.
Que pasa entonces, que si
queremos mostrarnos en el exterior, como algo que no somos, pueden suceder dos
cosas, en primero lugar, si haces eso consiente, luego se convertirá en algo
tuyo, pero si no, tarde o temprano saldrá a la luz lo que verdaderamente eres.
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