lunes, 29 de junio de 2015

El Cuerpo como expresión Cultural

Cuando le dan un tema a alguien sobre un proceso tan ligado entre sí, puede parecer fácil al principio, de tomar frases del tema, analizarlas, y hacer un análisis real con ellas, replanteando los conocimientos, y poniendo argumentos personales a la idea planteada, pero cuando se estudia un filósofo tan ambiguo como Nietzsche, que no se sabe si la doctrina es de un idealismo, o un materialismo o un socialismo , se confunden términos pero se deja abierta la discusión de un análisis motivacional con perspectivas personales.

 Un filósofo que se aparta de lo tradicional de su época y acoge pensamientos de filósofos antiguos, pero desde una perspectiva actual en su época, y defender una doctrina, atacando a veces la vida misma, y lo que rodea el ambiente con fuerza como la religión, y segregando a los que no piensan para quitar las cadenas que atan los pensamientos, nos puede llevar a un buen estado de conocimiento práctico. No se puede entrar a divagar sobre pensamientos que para nosotros pueden ser simples pero que en el pensamiento de Nietzsche son una verdadera razón de ser, aunque nos confunda muchas veces con ellos.
Antes de la nueva filosofía lanzada por Nietzsche, el cuerpo para otros filósofos era algo secundario, la filosofía de Nietzsche es una filosofía llamada Antropológica del problema, ya que coloca al hombre como problema, y no ya como tema, entonces siempre él se va a preguntar sobre el hombre, no va sólo a tomar lo que sus antecesores dijeron. Nietzsche lo que hace con la filosofía del cuerpo es devolver su condición de centro respecto del hombre, es decir, que nosotros los hombres nos centramos en el cuerpo, porque somos materia, lo cual los anteriores filósofos no creían porque veían como mas importante el alma, su paraíso y esas cosas idealistas, que poco tiene que ver con nuestra carne, nuestros placeres, los cuales Nietzsche resalta. Según Nietzsche, la desvalorización del cuerpo por parte de sus anteriores pensadores trajo aparejado que la filosofía y la antropología se desviaran de su objeto de estudio: el hombre como ser, como ente, como materia, como ente pensante y no sólo espiritual. Tenemos por otro lado el concepto de cultura, lo cual Nietzsche lo analiza desde la forma de vivencia en relación con la sociedad de su momento.
El concepto de cultura ocupa un lugar central en la filosofía de Nietzsche. Cultura es la configuración o aparición de la voluntad. La teoría de la cultura en Nietzsche es el intento de construir una ciencia natural de las ilusiones del hombre. La ilusión es lo vital y lo que constituye el sujeto, lo que es el hombre es la creación o apariencia y no es algo que preexista a su actividad, al contrario, su esencia es el efecto de su actividad, es decir, la cultura. A lo largo de toda su obra, Nietzsche expresa una oposición a la cultura del conocimiento, pues, en último término, supone una negación de la cultura, al poner como esencia del hombre un mundo de ficción que oculta las fuerzas de la naturaleza capaces de crear una imagen armónica del hombre.

Defiende que es en el cuerpo donde la cultura toma su forma, y no en el espíritu, es así pues como el cuerpo expresa el pensamiento del hombre, un cuerpo sano, un cuerpo que espera su devenir y que está preparado para enfrentarlo. Si bien es cierto que desde el cuerpo, podemos hacer una verdadera relación con la cultura, no podemos dejarle todo el peso al cuerpo, es de saber que los seres humanos, también poseemos espíritu o fuerza que nos ayuda a realizar las cosas del cuerpo.

Una posición tan cerrada con relación al cuerpo, alejándolo de toda la bondad del espíritu o poner el uno por encima del otro, siempre nos va a llevar a discrepancias de pensamiento, por eso esto se trata de una unidad, donde el uno sin el otro difícilmente trabaja. Unir las tres posiciones, le dan un toque especial al argumento de Nietzsche, ya que la cultura, recibe su expresión del cuerpo, y el cuerpo recibe su expresión de los pensamientos, de lo que sentimos, de los que vivimos, ya que es el cuerpo la mejor expresión cultural del pensamiento. Nietzsche se alejó mucho del tema de la razón y de la discusión sobre los pensamientos, para centrar su filosofía en el hombre y su convivencia en el entorno, es por eso que la cultura está muy ligada a su defensa de la sociedad, sin embargo, no es nada que no estemos viviendo en nuestros tiempo, claro que ahora se defiende mucho la cultura y menos la sociedad, cada quien defiende su territorio, y se ha bajado a un regionalismo, donde se piensa en el mejor goce posible, y ojalá sea alimentando mi ego y mi riqueza.

Donde queda la defensa de la sociedad en una cultura sin tradiciones ni costumbres de base, ahora se pregunta por la cultura de un pueblo o sociedad, y son sus fiestas, o sus lugares preciosos, pero no se habla de una cultura humana en un entorno, a no ser en los grupos poblacionales específicos.
El pensamiento del hombre moderno o contemporáneo, ha pasado a un estado de individualismo, donde cada quien tira para su lado, sin importar a veces la vida de los otros seres humano, ¿eso no es cultura?, matar por conseguir dinero o poder, eso es un superhombre, en Nietzsche ese superhombre lleno de valores y destrezas en ese momento haciendo una defensa del hombre privilegiado y prototipo de sociedad, quedó marcado mejor como el hombre del mito de las cavernas que se devuelve a su interior porque no puede ver la luz de tanto ver sombra.

Ya el súper hombre está dado al que más dinero o poder tenga que en últimas es casi lo mismo porque es el dinero quien da el poder, y es el dinero y el poder los dueños de la vida y del proceso y progreso social, un pensamiento puro, donde lo sublime oculte lo profano, ya no es dado en nuestra sociedad porque lo profano opacó lo sublime y todos están enceguecidos siguiendo tal prototipo de pensamiento.

De que está hecha nuestra sociedad, si nuestro pensamiento es manipulado por los medios de comunicación masiva, que imponen la moda en el comer, en el vestir, y hasta en el pensamiento, lastima, eso ha hecho que no haya un pensamiento propio sino el que quiera poner a funcionar a través de los medios, y los ratoncitos detrás del flautista siguiendo su ritmo.

Cuerpo, cultura y pensamiento, unidos, pero en búsqueda de una felicidad recíproca, que respete los ideales propios, sin censura, pero con responsabilidad, de saber que no se puede separar cuerpo y pensamiento y estos unidos, hacer una cultura social, que conduzca a procesos de desarrollo comunitario.

No es separar, poniendo uno por encima de otro, pero si traer a ese superhombre, ese que defiende sus ideales con valores sublimes y sobrenaturales pero aplicados a su entorno. Lastimosamente quien vive en valores es tenido en cuenta en esta sociedad como idiota, bobo o tonto, porque es una sociedad de ampones y oportunistas donde la trampa, la malicia y la sospecha son los acompañantes del poder el tener y el placer.

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