Leer textos sobre filosofía es una delicia, si, así tal cual, y digo que es una delicia, porque se me asemeja a un majar exquisito que vas disfrutando de a poquito y con el cual te vas sintiendo lleno, pero que al ratico quedas con ganas de comer más.
Acabo de repasar todo el proceso existencialista visto desde algunos filósofos modernos contemporáneos.
Una tradición que empieza con Kierkegaard, y Feuerbach, para quienes Dios no existe, y es solo una interpretación humana para llenar el vacío que le deja la existencia en los momentos de dificultad, que para Kierkegaard son la desesperación y la Angustia, el centra su filosofía solo en el Individuo, en su libertad, su responsabilidad, su subjetividad, es decir, el individuo es la existencia total.
Feuerbach, que también comparte ideas existencialistas, lo logra hacer desde una esfera más humanista, y ese humanismo, desde el ateísmo, siempre estuvo preocupado por negar la existencia de Dios, y para él Dios no crea al hombre, sino que el hombre crea a Dios, porque en el mundo solo cabe la existencia del Hombre y todo lo que puede este evidenciar. De ahí su gran relación con Husserl, Otro existencialista, pero desde la fenomenología, donde solo existe lo que tenemos a la vista, lo que se nos muestra y la relación del hombre con eso que se nos muestra.
No podemos hablar de los existencialistas sin nombrar a nuestro gran amigo Jean Paul Sartre, que es quien le da ese picante a esta teoría, sobre todo porque su pensamiento está basado en lo que lee de los demás, Sartre, durante su vida vive en tres etapas. La primera, marcada por la influencia de la fenomenología de Husserl. La segunda, marcada por la adopción de una postura atea y la asimilación de los presupuestos del existencialismo, siguiendo en este último aspecto las reflexiones de Heidegger respecto a la ontología de la filosofía de la existencia. Y la tercera, marcada por el intento de sintetizar el existencialismo con una visión crítica y alejada de las ortodoxias dominantes del marxismo.
Su concepción del hombre frente a la existencia va más allá, porque para él, la existencia produce repulsión, produce nauseas, carece de todo sentido, lo que él llama “una pasión inútil”, donde la esencia del ser es la nada.
Esos existencialistas anteriores, los podemos cuadrar en una corriente atea.
Pero también hay existencialistas que son un poco más flexibles frente a la vida humana y le encuentran sentido, entre ellos el que más se destaca es Karl Jaspers, quien admite la trascendencia del ser humano después de la muerte, sin embargo, respalda la tesis de la libertad individual en el ser humano, sin necesidad de ningún Dios al que haya que darle cruentas frente a lo que hacemos.
Y por último tenemos a Gabriel Marcel, considerado un existencialista Cristiano, su existencialismo, es mas de comunidad, para él las situaciones del hombre las que desencadenan su actitudes. Es en las situaciones complejas donde las personas se veían atrapadas y conducidas hacia la soledad y la desesperación, o bien establecían una relación satisfactoria con las demás personas y con Dios.
Leer sobre el existencialismo es conducirnos hacia nuestra realidad que puede ser vista en varios ángulos, viviendo en libertad, nuestro libre albedrío, sin Dios o con Dios, pensando solo en lo que se vive aquí y ahora, sin remordimientos, pero una vida con responsabilidad y compromisos, disfrutando de lo que nos rodea en cualquier lugar y tiempo. Si hay miedos, hay angustia, hay desesperación, normalmente por cosas que anhelamos y no se nos da, tratamos de no anhelar lo imposible, porque lo posible siempre podemos luchar por ello.
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