El docente es un
actor muy importante en la formación del estudiante, su forma de actuar y ser
en el aula o en su entorno, tienen una gran influencia en el aprendizaje del
estudiante, pero frente a ese hecho, se tiene que nombrar las características
principales y detalladas de los hecho que hacen que el estudiante vea a su
profesor con mejores ojos y le preste mejor atención en el aula y lo respete
frente a su función como docente, por lo que se hace necesario, descubrir
cuáles son esas características que se van convirtiendo en modelo de lo que se
pretende conseguir de un profesor y las exigencias que se le deben hacer a la
hora de contratar a un docente y hacerle el respectivo seguimiento para que la
formación de nuestros estudiantes sea cada vez mejor.
Un
buen profesor debe explicar bien no sólo los contenidos de los diferentes
temas, sino todo lo que facilite al alumno su aprendizaje y, como consecuencia,
la adquisición de conceptos, procedimientos, y actitudes valores y normas, que
lo desarrollen como persona en el sentido más amplio del término y ser buena
persona, comprometiéndose en la creación de un clima relacional que favorezca
la comunicación en todas las direcciones, estando siempre dispuesto a oír a los
alumnos en sus problemas, ayudándoles a resolverlos, y conociendo sus
intereses, para conseguir interesarlos permanentemente por el estudio y por los
valores de todo tipo, intelectuales, éticos, estéticos, y trascendentales, en
relación a sí mismo, a las personas y a las cosas.
La influencia de los profesores en la
calidad de la enseñanza y, como consecuencia, en la calidad del aprendizaje de
los alumnos, es tan importante que su formación inicial y su perfeccionamiento
continuo es preocupación prioritaria de la investigación didáctica.
El profesor va a influir en el proceso
formativo de sus alumnos a través de su formación profesional inicial y
continua y su formación humana, es decir, la clase de persona que sea, si bien
el resultado de su actuación va a estar mediatizado, como es lógico, por los
procesos cognitivos y afectivos de los alumnos, por sus contextos de
procedencia y, además, por el contexto en el que se lleva a cabo su labor
profesional. Estas dos vías de influencia pueden denominarse técnica y
relacional.
Según Rosenshine (1983), las
estrategias que mejoran el aprendizaje de los alumnos son:
- Proceder
a pequeños pasos, pero siempre a ritmo rápido.
- Usar
gran número de cuestiones de bajo nivel de abstracción y también
actuaciones directas por parte de los alumnos.
- Utilizar
los refuerzos y la estrategia del feed-back con los alumnos, sobre todo
cuando sus respuestas son correctas pero dubitativas.
- Hacer
correcciones por métodos indirectos.
- Asegurarse
de la implicación de los estudiantes cuando están trabajando en sus
pupitres.
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